Descubren por qué el estrés crónico causa inflamación intestinal

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Identifican células en ratones que vinculan el estrés psicológico crónico con la enfermedad inflamatoria intestinal.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Una investigación publicada en la prestigiosa revista Cell pone en evidencia, según Chistoph Taiss, coautor del trabajo, que el estrés es una de las causas que provoca la Enfermedad de Inflamación Intestinal (EII), y que ocasiona entre otras patologías la colitis ulcerosa, con inflamación y llagas (úlceras) en el recubrimiento del intestino grueso (colon) y el recto o Chohn que se caracteriza por la inflamación del recubrimiento del tracto digestivo, generalmente sus capas más profundas del intestino delgado, principalmente.

Esta investigación es vital para poder aplicar nuevos tratamientos que impliquen no sólo métodos tradicionales, sino también tratar de manera eficiente los estados psicológicos del paciente.

Y es que, la salud mental impacta profundamente las respuestas inflamatorias en el cuerpo, lo que se evidencia en esta enfermedad inflamatoria intestinal (EII). El estrés psicológico se asocia con exacerbaciones de la enfermedad, por lo que los autores señalan un papel crítico del sistema nervioso entérico (SNE) en la mediación del efecto agravante del estrés crónico sobre la inflamación intestinal.

«Los médicos han observado durante mucho tiempo que el estrés crónico puede empeorar los síntomas de la EII, pero hasta ahora no se ha identificado ninguna conexión biológica para explicar cómo el sistema digestivo sabe cuándo alguien está estresado», asegura, Christoph Thaiss.

Síntomas graves

En el estudio, los investigadores encontraron que, al igual que los humanos, los ratones con EII desarrollaron síntomas graves cuando estaban estresados. Rastrearon las señales iniciales de respuesta al estrés hasta la corteza suprarrenal, que libera glucocorticoides, hormonas esteroides que activan las respuestas fisiológicas al estrés en todo el cuerpo.

Asimismo, descubrieron que las neuronas y la glía en el sistema nervioso entérico respondieron a niveles elevados de glucocorticoides crónicamente, lo que sugiere que son el vínculo entre la percepción del estrés por parte del cerebro y la inflamación intestinal.

Si bien los glucocorticoides generalmente tienen un efecto antiinflamatorio en el cuerpo, los investigadores encontraron que cuando la glía en el sistema nervioso entérico se expuso a las hormonas esteroides durante un periodo prolongado, como durante el estrés crónico, atrajo glóbulos blancos al tracto gastrointestinal que aumentan inflamación.

Los investigadores también descubrieron que cuando se exponen a estrés crónico, las neuronas en el sistema nervioso, en el tracto gastrointestinal dejan de funcionar como lo hacen normalmente, lo que puede conducir a problemas de defecación y síntomas de enfermedad inflamatoria intestinal exacerbados.

Thaiss y sus colaboradores verificaron la conexión entre el estrés psicológico y los síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal en humanos utilizando el Biobanco del Reino Unido y una cohorte de pacientes de la Iniciativa de Inmunología de la EII en Penn Medicine. Descubrieron que en pacientes con este diagnóstico, el nivel de estrés informado se correlacionaba con una mayor gravedad de los síntomas.

«Este hallazgo destaca la importancia de las evaluaciones psicológicas en pacientes tratados por EII, así como para informar los protocolos de tratamiento», afirma Maayan Levy, profesora asistente de Microbiología y coautora principal del estudio.

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